«Madrid y España nos están mirando, estaremos a la altura. Vayamos con pasión a las urnas y hagámoslo por el bien más preciado que tiene el hombre que es la libertad».
Visiblemente emocionada por el apoyo de los asistentes, la candidata popular ha comenzado su discurso agradeciendo una a una a las personas que le han acompañado durante la campaña electoral, a la dirección del partido, a su equipo de Gobierno y a toda su familia, especialmente a su madre, presente en el acto, a la que han entregado un ramo de flores.
Ayuso ha dicho que esta campaña ha sido «decisiva» y marcará «un antes y un después» en la política, tanto en la madrileña como en la española.
La mandataria ha pedido «una amplia mayoría para no cambiar el signo político de la región», para «proteger la educación especial, la concertada, la pública y la privada» y para poder bajar los impuestos en la región «el mes que viene».
Después de hacer un repaso a los dos primeros años de Gobierno y al «abandono» de sus exsocios de Cs porque son, ha dicho, «como el carro de la compra que tiende a irse hacia la izquierda», Ayuso ha defendido su gestión frente a la del Ejecutivo central y ha rechazado que sea ella quien confronte con Pedro Sánchez.
«El problema de Madrid es Pedro Sánchez, no al revés», ha sostenido Ayuso.
Una de las frases que más aplausos ha generado en el público ha sido cuando ha relatado su postura en contra del cierre de la región y la hostelería durante la segunda ola, como exigía el Gobierno y Cs. «No pienso cerrar Madrid, no hay un motivo, y porque no me da la gana porque nadie me chantajea».
«Llegaron las portadas, los insultos, las mentiras, intentaron a través de una presión mediática sin precedentes que cerrara Madrid, me llamaron asesina, peligrosa, sepulturera», ha denunciado.