El presidente de Finlandia, Sauli Niinistö, y la primera ministra, la socialdemócrata Sanna Marin, han dado su apoyo al ingreso del país nórdico en la OTAN.
«Finlandia debe solicitar su ingreso en la OTAN sin demora. Esperamos que los pasos a nivel nacional aún necesarios para tomar esta decisión se tomen rápidamente en los próximos días», dice el texto firmado por los dos mandatarios en su comunicado.
Niinistö y Marin argumentan que la pertenencia de Finlandia en la OTAN fortalecería su seguridad y, al mismo tiempo, el país nórdico haría más fuerte a la alianza militar. Ambos mandatarios habían mantenido en secreto su postura hasta ahora para no condicionar el debate público sobre la OTAN, reactivado tras la invasión rusa de Ucrania.
«Hemos necesitado tiempo para que el Parlamento y toda la sociedad establezcan sus posiciones al respecto. También para establecer estrechos contactos internacionales con la OTAN y sus países miembros, así como con Suecia. Hemos querido darle a la discusión el espacio que requería», señalaron.
La decisión supone un firme impulso al proceso de adhesión en Finlandia, ya que la política de seguridad y defensa es una competencia compartida por el presidente y el Ejecutivo.
Ahora sólo queda que el resto del Gobierno de coalición y el Eduskunta (Parlamento) den su respaldo oficial para formalizar la solicitud de ingreso, algo que podría suceder en los próximos días, dado el amplio consenso que existe entre los partidos políticos
El propio Niinisto afirmó sin embargo el miércoles que la posible adhesión de Finlandia a la OTAN no está dirigida «contra nadie», en alusión a Rusia, que se ha mostrado contraria a esta opción. «Si queremos maximizar nuestra seguridad, significa maximizar la defensa de nuestro país» dijo durante una rueda de prensa junto al primer ministro de Reino Unido, Boris Johnson.
Tras ello, el ministro de Exteriores de Finlandia, Pekka Haavisto, ha asegurado que su país no se enfrenta a una «inminente amenaza militar», pero ha señalado que la agresión rusa contra Ucrania ha cambiado el entorno de seguridad europeo y finlandés, en pleno debate sobre el ingreso a la OTAN.