¿El uso del 49.3 respeta a los franceses y su voluntad?
Por Jean-Patrick Grumberg (*)
En Francia se han producido manifestaciones y enfrentamientos en respuesta a la utilización por el Gobierno del artículo 49-3 de la Constitución para aprobar una controvertida reforma de las pensiones.
El artículo 49-3 de la Constitución francesa permite al gobierno aprobar una ley sin votación en el Parlamento comprometiendo su responsabilidad sobre el texto. Tras el uso de este artículo por el gobierno, estallaron manifestaciones en varias ciudades francesas, entre ellas París, Lyon, Marsella y Toulouse.
Los manifestantes bloquearon calles y carreteras, incendiaron coches y lanzaron proyectiles contra la policía.
Los sindicatos también han convocado huelgas en el transporte y los servicios públicos para protestar contra la reforma de las pensiones.
La situación es, por tanto, muy tensa en Francia debido a la utilización del 49-3 y a la reforma de las pensiones, que algunos consideran injusta y desigual.
Más allá de eso, el uso del artículo 49-3 para aprobar una ley permite evitar un referéndum o una consulta popular directa, lo que sugiere que el gobierno sabe que el resultado de la consulta probablemente será negativo. Por lo tanto, no puede decirse que este procedimiento respete necesariamente la voluntad del pueblo francés en lo que respecta a la reforma de las pensiones.
Está claro que la utilización del 49-3 tiene un elemento definitivamente antidemocrático, es una forma que tiene el gobierno de pasar por encima de la oposición y quizás de la mayoría de la sociedad francesa.
Por otra parte, gracias al efecto de movilización de ciertos grupos especializados en disturbios (antifas, comunistas, sindicatos) y a la complicidad de los medios de comunicación que dan un efecto de lupa a los temas que quieren situar artificialmente en el centro de la sociedad, las manifestaciones y huelgas que siguieron a la utilización de este artículo no son un indicador de que los franceses estén descontentos con la propuesta de reforma de las pensiones.
En última instancia, aunque la activación del 49-3 es un procedimiento legal en virtud de la Constitución francesa, esto no significa que sea la mejor manera de abordar cuestiones políticas importantes. En todo caso, revela que el gobierno, las instituciones, no están suficientemente interesados en situar la democracia, el pueblo francés, su voluntad y su bienestar, en el centro de sus preocupaciones.
(*) Este artículo ha sido originalmente publicado en francés por Dreuz.info: © Jean-Patrick Grumberg