«Tanques alemanes»
Rusia recordó el 80º aniversario de victoria soviética en Stalingrado, en cuya ceremonia Vladimir Putin comparó la II Guerra Mundial con la guerra de Ucrania, afirmando que «estamos de nuevo amenazados por tanques alemanes».
Las celebraciones se producen en un momento de encarnizados combates entre fuerzas rusas y las ucranianas en la antigua república soviética.
Este 2 de febrero, frente a militares cubiertos de medallas y oficiales congregados en Volgogrado (suroeste), antaño llamada Stalingrado, Putin volvió a comparar la resistencia contra Hitler con la ofensiva rusa en Ucrania. «Es increíble, pero estamos de nuevo amenazados por tanques alemanes», declaró el presidente ruso, equiparando los Panzer de Hitler con los blindados Leopard 2 de fabricación alemana, que varios países occidentales suministrarán a Kiev.
«Una vez más, los sucesores de Hitler quieren enfrentarse a Rusia en el suelo de Ucrania, usando a ‘banderovtsis'», agregó, en referencia a los partidarios del dirigente ultranacionalista Stepan Bandera (1909-1959), que colaboró con los nazis durante la Segunda Guerra Mundial.
Restalinización
Las autoridades rusas erigieron este miércoles un busto del dictador soviético Iósif Stalin en la ciudad de Volgogrado en víspera del 80 aniversario de la sangrienta batalla, cuyos actos conmemorativos son presididos el jueves por el líder ruso, Vladímir Putin, empeñado en recuperar el nombre de Stalingrado.
El monumento de bronce de Stalin fue colocado en el museo Batalla de Stalingrado, junto a similares bustos de los generales Gueorgui Zhúkov y Alexandr Vasilevski.
A la inauguración de los tres bustos, obra del escultor ruso Serguéi Scherbakov, asistieron los funcionarios y diputados locales, según informa el portal de noticias Meduza.
Los monumentos de Stalin, cuyos restos yacen detrás del Mausoleo de Lenin en la Necrópolis del Kremlin, fueron retirados en su gran mayoría tras la caída de la URSS en 1991.
Los activistas de derechos humanos llevan años denunciando la rehabilitación de la figura de Stalin (1878-1953), tirano, gran asesino y brutal represor de millones de ciudadanos soviéticos.
Putin ha criticado en los últimos años a Vladímir Lenin por introducir en la primera Constitución Soviética el derecho de la autodeterminación de los pueblos, a lo que se oponía Stalin, lo que, en su opinión, habría provocado la desintegración del Estado totalitario.
Según informó el Ayuntamiento, las señales con la palabra Volgogrado a la entrada de la ciudad han sido reemplazadas provisionalmente por Stalingrado, nombre que la urbe ostentó desde 1925 hasta 1961.
«Es una fecha sagrada para todos en nuestro país«, aseguró Dimitri Peskov, portavoz del Kremlin, en alusión a una de las batallas más sangrientas de la historia de la humanidad.
Aniversario de la batalla
Desde que llegara al Kremlin en 2000 Putin ha asistido en varias ocasiones al aniversario de la batalla que comenzó el 17 de julio de 1942 y terminó el 2 de febrero de 1943 con la capitulación del mariscal de campo Friedrich von Paulus, jefe del Sexto Ejército alemán, tras 200 días de lucha sin cuartel.
En anteriores ocasiones, realizó una ofrenda floral en la Sala de la Gloria Militar del memorial de Mamáev Kurgán, una colina que está presidida por una gigantesca estatua de la Madre Patria.
Delegaciones del Parlamento alemán han asistido en el pasado a los actos de conmemoración de Stalingrado, pero esta vez no se espera su asistencia, ya que Berlín está apoyando con armamento a Ucrania en los combates contra el Ejército ruso.
Después de que Alemania anunciara la pasada semana el envío de tanques a Ucrania, Putin denunció que los abusos cometidos ahora por los «neonazis» ucranianos son consecuencia del olvido de crímenes de guerra cometidos por los nazis durante la contienda mundial.
«Instrumentalización” de la Historia
Según sus detractores, Vladimir Putin instrumentaliza la Historia para justificar sus políticas, aún a costa de glorificar el poderío de la Unión Soviética y de restar importancia a sus crímenes.
La batalla de Stalingrado (1942-1943), considerada una de las más sangrientas de la historia, con cerca de dos millones de muertos entre ambos bandos, cambió el curso del conflicto en la Unión Soviética, desmoralizada tras varias derrotas. El simbolismo de aquella victoria aumenta a medida que se acerca el primer aniversario del lanzamiento de la «operación rusa” en Ucrania, el 24 de febrero de 2022.
Desde la caída de la Unión Soviética, las autoridades rusas mantienen una postura ambivalente hacia Stalin. Está condenado oficialmente por el terror de Estado que orquestó en los años 1930 y hasta su muerte, en 1953, pero sigue enterrado frente al Kremlin, en la Plaza Roja, y muchos rusos lo siguen venerado por su papel en la derrota de la Alemania nazi a manos de la Unión Soviética.
El 2 de febrero de 1943, las tropas del mariscal de campo alemán Friedrich von Paulus se rindieron, rodeadas por el Ejército Rojo, la primera rendición del ejército nazi desde el comienzo de la guerra.